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Ante la pandemia global del Covid19 estamos trabajando más que nunca para apoyar a las comunidades y personas que más lo necesitan. Nos preocupa la situación que estamos viviendo en nuestro entorno más cercano y en muchos lugares del mundo, donde las condiciones sociales y sanitarias son aún más adversas. Países con escasa capacidad de respuesta y sistemas sanitarios débiles o inexistentes, son las condiciones que enfrentan nuestras organizaciones aliadas el Servicio Jesuita a Refugiados, Fe y Alegría y los Centros Sociales, que nos piden hoy una respuesta ágil y comprometida. 
 
En respuesta a ello, ALBOAN y Entreculturas estamos apoyando distintas acciones de solidaridad y pedimos colaboración en esta emergencia para enfrentar el coronavirus a través de diferentes líneas de acción:
 
1. Educación en emergencia con medidas para garantizar una mínima cobertura educativa a través del fomento de la educación online y radial, así como la distribución de material escolar (cuadernos, lápices, material impreso, etc.) que complemente estos sistemas de educación a distancia. 

Por ejemplo en Líbano, en Beirut y en Valle del Beeka, facilitamos el acceso a la educación online de las personas refugiadas sirias y de las comunidades locales vulnerables a través de plataformas online donde se intercambian ejercicios entre el personal docente y el alumnado. O en Guatemala, estudiantes líderes y lideresas se comunican con el alumnado que no tiene acceso a la educación online.
 
2. Prevención y sensibilización para minimizar el contagio en las poblaciones más vulnerables con acciones como distribución de útiles de aseo de primera necesidad: agua, jabón, guantes, mascarillas y formación sobre prácticas higiénicas básicas individuales y comunitarias.

En Chad, además de formaciones sobre prevención del Covid, estamos instalando puntos de agua en los entornos escolares que permitan implementar las prácticas higiénicas aprendidas. En los campos de personas refugiadas de Kavumu y Kinama, en Burundi, se están poniendo en marcha medidas preventivas como el distanciamiento social o el lavado de manos frecuente, y las escuelas -que por el momento permanecen abiertas- se están convirtiendo en espacios de sensibilización y prevención frente al coronavirus.
 
3. Seguridad alimentaria, ya que cese de las clases tiene como consecuencia que, además del derecho a la educación, queden suspendidos otros, como el derecho a la alimentación. 

En Venezuela se distribuyen bolsas de comida mensuales en algunos centros educativos, combinado con cash-transfers a las familias para la compra de alimentos.
 
4. Ayuda humanitaria a población con alto grado de vulnerabilidad como son las personas refugiadas y solicitantes de asilo, migrantes y/o en contextos de crisis prolongadas. 

En R.D. Congo se distribuyen  alimentos, kits de higiene y kits de primera necesidad a personas desplazadas internas del área de Masisi a la vez que se realizan talleres de sensibilización sobre prevención e higiene a través de la radio.
 
5. Atención especial a niñas y mujeres, ya que la escuela es para muchas niñas y jóvenes un espacio de protección y seguridad frente a la violencia que sufren en los distintos entornos, tanto en el hogar como en la comunidad, o en los campos de refugiados y porque debido al confinamiento puede aumentar la violencia hacia ellas.

En algunos países como Perú, Malawi, Guatemala o Chad se están diseñando campañas de sensibilización por radio o a través de mensajes en el móvil para concienciar a  familias y  comunidades sobre la prevención de la violencia y la importancia de la educación de las niñas. 
 
6. Recuperación temprana del fuerte impacto económico de la crisis con proyectos de generación de ingresos de la población.

En Goma, R.D. Congo, se realiza capacitación socioeconómica de jóvenes y mujeres desplazados internos en riesgo de exclusión; y en Uruguay se ha puesto en marcha un proyecto de mejora de las posibilidades de inserción laboral de adolescentes.

Fuente: entreculturas.org