Julián González Barrio, S.J. Julián González Barrio nació el 25 de enero de 1946 en Burgos. Creo que era el tercero de 6 hermanos, una de ellos con capacidades especiales. Los cuidados especiales que requería esta hermana de modo continuo y permanente marcaron mucho la vida de toda la familia. Pero ello no fue nunca una sombra triste sobre la familia, sino lo contrario, un llamado a la unidad, la fraternidad, el sacrificio generoso de unos por otros y con ello una gracia para vivir más intensamente la vida, el amor y la alegría. Las pocas veces que tuve alguna relación con alguno de ellos siempre me llamaba la atención su animosidad, su vitalidad, su buen humor. Creo que eso tuvo mucho que ver con la vocación a la vida religiosa de Julián. Los estudios de primaria y secundaria los realizó en el Liceo Castilla de los HH. Maristas en Burgos. Al terminar el bachillerato entró en el Noviciado en Villagarcía el 28 de septiembre de 1963. Yo entré al mismo noviciado en la última tanda del siguiente año. Él, junto con Ruiz Capillas, fueron nuestros “ángeles” que guiaron nuestros primeros pasos en la Compañía de Jesús. En el Noviciado siempre se distinguió por su buen humor, su disponibilidad para animar y ayudar a otros, su generosidad y su responsabilidad en todo. Nuestro Maestro, P. Carlos Zaldívar le tenía un gran aprecio y confianza. Y yo creo que también todos los demás novicios y la mucha gente de la casa. Era hombre piadoso pero también espontáneo y sensato. Y buen deportista. Al terminar el Noviciado hizo los Votos y fue destinado a Salamanca, donde se matriculó en la Universidad, en Psicología, junto con algunos otros juniores. Coincidimos un año. Recuerdo que juntos teníamos un apostolado que consistía en acompañar a unas familias de la etnia gitana que vivían en un caserón cedido por el ayuntamiento en unas condiciones bastante lamentables. También nos acompañaba Guti, compañero junior que desde entonces dedicó toda su vida al apostolado gitano. Al año siguiente fuimos a Filosofía, él a Comillas, Santander y yo a Alemania, por lo que perdimos un poco el contacto cercano. Al terminar la Filosofía hizo un tiempo de Magisterio en el Seminario Menor de Comillas. Después volvimos a reunirnos para la Teología, que comenzamos en Comillas, Madrid, en el curso 71-72 viviendo en los pisos de Saconia y asistiendo a clase en aulas de un Colegio Mayor en la Ciudad Universitaria. Los edificios de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, estaban en construcción. Fue un año difícil, el año de la huelga en Teología, que promovieron los de los cursos superiores y también apoyamos los de Primero. Empezamos normalmente en octubre, pero en noviembre dejamos de asistir a clases. Había tensiones muy fuertes porque los profesores de Comillas–Santander, querían mantener sus cátedras, pero los alumnos pedíamos que cedieran el paso a profesores recientemente formados en varios lugares fuera de España. El P. Arrupe, muy preocupado, nos hizo una visita y nombró un Delegado para tratar de encauzar el conflicto. Acabamos el curso a base de tutorías, con algunos profesores jóvenes que se dispusieron a ayudarnos para que no Noticias, 1° mayo 2020 8 se perdiera el curso. Nuestros superiores inmediatos, Jesús Corella y Faustino Boado, que también eran profesores de Comillas, jugaron un gran papel de intermediación y apaciguamiento de las tensiones. A partir del 2º curso ya seguimos normalmente, estrenando los nuevos edificios de Comillas– Cantoblanco, y también con los nuevos profesores. También estrenamos nuevos pisos por la Plaza de Castilla. Julián y otros 8 compañeros pasamos a vivir en un piso en la calle San Leopoldo. El Superior era Jesús Corella, que al año siguiente dejó el puesto a José Antonio García-Monge. Fueron tiempos un tanto agitados, de mucha efervescencia. Murió Franco, hubo las primeras elecciones, una nueva Constitución y comenzó un desarrollo económico, social, cultural y religioso muy intenso y acelerado. Julián se ordenó Sacerdote en Burgos el día 30 de marzo de 1975. En los años 1975-76 fue el encargado de pastoral del colegio de La Merced y San Francisco Javier en Burgos (España). Desde 1976 a 1983 vive en Valladolid (España), colaborando en el Colegio Menor, y en Fe y Desarrollo, como Delegado de Promoción de Vocaciones y Ayudante del Maestro de Novicios. Desde 1983 a 1989 trabaja en Burgos como Delegado de Promoción de vocaciones y colaborando en la pastoral del colegio. En 1989 vino a Honduras, sirviendo en el Colegio S. José de El Progreso, primero desde la pastoral juvenil y luego como rector del mismo hasta el año 2002. Del 2002 al 2005 es destinado a Managua como rector del Colegio Centro América. Volvimos a estar juntos por unos meses en Victoria, Yoro (Honduras) en el año 2005. Del 2005 al 2010 trabajó en Tocoa, Colón (Honduras) como vicario parroquial y responsable de la Pastoral Familiar diocesana. Su disponibilidad jesuítica le llevó posteriormente a Panamá, a la Parroquia de San Félix, en la provincia de Chiriquí, como vicario parroquial. Y culminó su andadura por tierras centroamericanas en Costa Rica, en la comunidad de Nuestra Señora de Lourdes, como Director del Centro de Espiritualidad Ignaciana y de la Casa de Ejercicios. Era proverbial su magnífica memoria y sus recuerdos de detalles de encuentros con toda clase de personas. Caía muy bien con la gente, siempre con mucha atención y gran ánimo, y mucha chispa, siendo buen consejero espiritual. De espiritualidad seria y profunda y muy buen compañero. Físicamente le surgió, ya en filosofía, una cierta limitación, la diabetes. Por ello, tenía que cuidarse un poco en comidas y ejercicios. Pero llevaba seriamente su disciplina, por lo que apenas fue limitante para su servicio, su entrega y su trabajo. Y ciertamente, ello, nunca la amargó su vida ni su relación con los demás. En mi opinión, fue un gran compañero y un buen jesuita. Alguien por lo que uno mucho agradece a Dios por haberle regalado un compañero así.
Carlos Solano, S.J. Yoro, Honduras, C.A.