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Comunicado de la Pastoral de Movilidad Humana en el marco de la Semana del Migrante

01 al 06 de septiembre

Porque somos UNA IGLESIA SIN FRONTERAS, MADRE DE TODOS, desde hace muchos años nos preocupamos y ocupamos en promover y luchar por la garantía de los derechos de los migrantes y sus familias.

Son miles y miles de connacionales que se sienten forzados a abandonar el país de forma irregular por la falta de condiciones digna de vida. Estamos hablando de una violación permanente de los derechos humanos. Son millones de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores privados del  derecho fundamental de la alimentación, salud, educación, vivienda, propiedad, empleo digno, familia y el que se ha agravado mucho en los últimos 5 años, derecho a la vida y a la seguridad.

La reunificación familiar NO ES el principal motivo de la emigración. La inseguridad alimentaria, el despojo de tierras por terratenientes, narcotraficantes o para la ejecución de megas proyectos de minería, hidroeléctrica y Zonas de Empleo y Desarrollo Económico – ZEDE (principalmente en contra de la población indígena y afro hondureña), la falta de oportunidad de empleo digno, amenazas y extorciones por parte del crimen organizado, maras y pandilla son los principales factores que determinan la emigración de nuestros hermanos y hermanas hondureños.

Pero todo el anterior ES CONSECUENCIA de las dos verdaderas causas de emigración forzada: LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD en todas sus modalidades y niveles.

Según su Eminencia, el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, toda la ayuda internacional que llegó a Honduras desde el Huracán Mitch, y sigue llegando, es suficiente para hacer millonarios los más de 8 millones y medio de hondureñas y hondureños. ¿Qué pasó y pasa con este dinero? ¿Dónde está la efectiva reconstrucción de Honduras? ¿Dónde están los hospitales, escuelas y colegios públicos de calidad? ¿Y el acceso al agua y las redes de alcantarillado?

¿Qué nos parece una educación pública que en la práctica significa cobro ilegal de matrículas y tasas con la justificativa de que eso es necesario porque el gobierno no envía presupuesto suficiente para el mantenimiento de las escuelas? Sin hablar que no hay cupo suficiente para todos los niños, niñas y adolescentes y cuando os logra, todavía en muchos casos, los papás son obligados a comprarles a sus hijos hasta los pupitres.

No hermanos y hermanas, la violación de los derechos humanos de los migrantes y sus familias no es solo culpa de Estados Unidos y México, es responsabilidad principalmente de Honduras, del pecado de omisión de políticos que, gobierno tras gobierno, no gobiernan según el verdadero cristianismo: para el bien común. El bien común, según muy bien nos orienta la Doctrina Social de la Iglesia, es totalmente contrario a la acumulación de bienes y riquezas, es construcción de justicia e equidad.

Hablando de justicia, NO ES JUSTO creer que la crisis humanitaria de la niñez migrante quedó allá en 2014. Del 01 de enero al 23 de agosto del presente año ya fueron deportados desde México y Estados Unidos 5,354 menores de 18 años. Siendo que el número total de deportaciones en el mismo periodo, entre adultos y menores, es de 35,438, encontramos que las deportaciones de menores representan el 15% del total, 5% a más que en 2014 que el total de deportaciones de menores representó un 10%.

Pero las personas migrantes no son números, no son delincuentes, son seres humanos, hijos e hijas de Dios, nuestros hermanas y hermanos, son sujetos de derecho. Según artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos MIGRAR ES UN DERECHO. Literalmente se lee: “1.Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.” Sin embargo el que obliga a emigrar es un delito contra la dignidad humana.

Seamos legítimos cristianos. Sigamos los pasos de Jesucristo y salgamos de nuestro egoísmo, nuestro deseo de ser, tener y poder y vayamos al encuentro de las personas migrantes, de los más pobres y abandonados y compartamos nuestro tiempo, tención, capacidades y bienes. La corresponsabilidad en la construcción de un mundo de justicia y paz es otra fundamental enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia.

Hablando de Paz. ¿Qué es la Paz? El Papa Pablo VI en su Encíclica Populorum Progressio, de 1967, afirmó que la Paz es la ausencia de todo y cualquier tipo de violencia, es el desarrollo integral del ser humano.

Oremos a Dios, en especial en este mes de la Patria, para que haya cambios estructurales, que la inversión mayor del dinero público sea para garantizar vida digna a toda la población y no para aumentar el número de militares, policías, armas y patrullas. Pues, la construcción de Paz es posible cuando la prioridad es garantizar el desarrollo integral de todos los ciudadanos y ciudadanas.

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