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 Un mapa sobre la violencia en Guatemala

 


Cuando elaboramos el PdP (Proyecto de Provinicia), los aportes de obras y comunidades insistían en que los mayores retos para nuestro apostolado hoy son violencia y juventud. Dos áreas fronterizas en las que se juega nuestra credibilidad apostólica. La juventud por lo que supone de cambio de paradigmas culturales y lacra hiriente de una sociedad que no es capaz de integrar a sus hijos. La violencia, como el nuevo rostro de la pobreza, la peor herencia de la globalización y de las guerras del área. Y lo que es peor, muchas veces ambas, violencia y juventud, se unen.


Las estadísticas hacen hoy de Centroamérica la región más violenta del mundo, muy por arriba de la tasa de 8,8 homicidios por cada 100.000 personas, considerada normal por la OMS. Un total de 17,452 homicidios fueron cometidos en Centroamérica en 2010, cantidad cinco veces superior a la media mundial, superada incluso por Costa Rica (10.4), cuyo índice es el más bajo de la región (36.2), inferior a Nicaragua (13.2), Belize (21.7) y Panamá (31.8). La situación es más crítica en los tres países del triángulo norte. Honduras a la cabeza (77.5), con un promedio de 14 asesinatos diarios, seguida por El Salvador (64.8) y Guatemala (41.5). El incremento del narcotráfico, la presencia del crimen organizado, el sicariato, la proliferación de las pandillas y la extorsión son los rostros públicos de este angustioso problema que enluta a diario a muchas familias centroamericanas, dentro de las que no falta además la violencia de género.


Consciente de este problema, el Consejo Nacional de Guatemala ha elaborado un primer esbozo de lo que quiere ser un mapeo sobre la violencia en el país. Se trata de una recopilación que muestre el rostro actual de la violencia en Guatemala y las iniciativas por enfrentar el problema. Se buscaría finalmente definir cuáles son los retos para las obras de la Compañía en este campo.


Para ello, se quiere, ante todo, conocer el problema de la violencia. Se trata de  descubrir los hechos a través de los cuales se expresa la violencia, los principales actores involucrados, y toda la cultura violenta que rodea el ambiente social de nuestras ciudades y países. En segundo lugar, el mapeo pretende sacar a la luz las diversas alternativas que se ofrecen para hacer frente al clima de terror; desde la legislación y programas de los gobiernos, cada vez más preocupados por el problema de la falta de seguridad, hasta los proyectos emprendidos por diversos sectores de la sociedad civil. Se pretende así, en tercer lugar, delinear las posibles acciones a llevar a cabo por las obras de la Compañía, desde aquellas que nos piden incluir este tema en nuestros programas educativos y pastorales, hasta las que demandan que nos sumemos a las iniciativas de otros sectores sociales.


Esta iniciativa, apoyada por la Comisión Provincial de Apostolado Social (CPAS), se abre como una invitación al resto de la Provincia, a los Consejos Nacionales y sectores apostólicos, como una concreción de la invitación que nos hace el PdP de convertirnos en  “constructores de paz, mensajeros de reconciliación” (PdP. Pág. 25). El hombre tirado en el camino de Jerusalén, -más colectivo que personal,- nos invita a no dar rodeos, sino acercarnos, mirar y ver a quien, después de haber sido asaltado, yace medio muerto…


Fraterno en el Señor

Jesús M. Sariego sj

Provincial

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